- II Carrera Popular “Ciudad de Arcos” (15 de mayo).
Me levanté a las 7.15 horas. Esta era mi segunda noche en “casita” desde la tormenta. Evidentemente no cometí el error de dormir con Yulupuky porque hubiera sido imposible compaginar carretilla con el descanso tan necesario para mí.
Como para las dos carreras anteriores, mi ropa (a estrenar), zapatillas, bolsa,…estaban esperándome en el salón dispuestos a adaptarse a mi cuerpo cuanto antes. Me vestí y fui directa a mi cafetera para tomarme mi dosis matutina necesaria para ser persona, despertarme y poder empezar a pensar en lo que me esperaba. Todo listo, caminata para Santo Domingo, encuentro con Rocío y su novio, y camino para Arcos a nuestra tercera carrera. Aquí empiezan las sensaciones, no muy buenas, por cierto, debido a la incertidumbre de lo que nos íbamos a encontrar: miedo, inseguridad y risas nerviosas. El motivo: las supuestas grandes cuestas que nos esperaban allí y que desconocíamos. Mi objetivo era hacer una carrera más larga que las dos anteriores, pero en igualdad de condiciones, es decir, llanito. En fin, que ya no había vuelta atrás ya con los dorsales en mano, así que mejor ni pensarlo,… Estábamos nerviosos, y yo a la vez ansiosa por empezar y ver si realmente me esperaba lo que me contaban todos los corredores a los que preguntaba, la mayoría hombres, por cierto, eso decía mucho de la dureza de la prueba.
Pistoletazo de salida y,…a correr. Empezábamos con una subida, así, en seco, de más de 1 km. Empecé despacito, tan despacito que mi primer kilómetro lo hice a 7´cuando ya me pongo a 5. Estaba cagada, lo reconozco y también intentaba calmar a Rocío, que estaba más atacada que yo.
Metros y metros hacia arriba, y la gente ya empezaba a subir las cuestas andando cuando a mi no se me pasaba por la cabeza pararme, y menos a unos metros de la salida. Mis piernas, respondiéndome mejor de lo que esperaba,…por tanto, disfrutando a paso lento, pero disfrutando. A los dos kilómetros o cosa así Rocío abandonó, sus nervios, ansiedad y estrés de las oposiciones le hicieron agotarse y por un dolor en el costado tuvo que parar. La admiro, porque lleva muy pocos kilómetros de entreno de fondo y sin embargo ya lleva 3 carreras populares también. Estoy segura que en cuanto se examine recuperará fuerzas, y sus largas piernas nos sorprenderán.
Los kilómetros 3, 4 y 5 me resultaron pan comido, casi todo llano y bajadas que me hicieron recortar tiempo, hasta el punto de ponerme a una media de 5´.
En este tramo adelanté por lo menos a 7 u 8, aprovechando que mi cuerpo estaba con fuerza y ganaba seguridad. Increíble de este tramo también las vistas a las afueras del pueblo, la sierra, la vegetación,…no paraba de decir “que bonito” “que bonito” mientras con ese subidón adelantaba. Entrada al pueblo en el kilómetro 5 y agua para todos.
Ahora iba camino del río Guadalete, el tramo que más me gustó, sin duda, al ladito del río, cambio de terreno, y adelanto a hombres grandotes y pesados,…yo, ligera como una pluma. Empezaba a recuperar confianza mientras me acercaba a los participantes que tenía delante y que me propuse adelantar. Todos me decían lo mismo que a partir del km 7 ya volvíamos y todo era cuestas. Así que, confiando en mis compañeros (porque no los tomo, por ahora, como contrincantes) bajé un poquito el ritmo. Y menos mal que lo hice porque me dio la sensación, a la altura de ese kilómetro, que mis fuerzas se triplicaban. Entrada en el pueblo, cuestas para arriba, pero cortitas y con menos altura de la que esperaba, por tanto perfecto. Entre aplausos y ánimos conseguí seguir adelantando a tiarracos (supongo que en las cuestas un peso ligero lleva ventaja). Ya solo quedaban un par de kilómetros de cuestas por el pueblo, y estas sí que eran más empinadas y contínuas. Me daba igual, ya no iba a bajar el ritmo porque me sentía fuerte y porque se me metió entre ceja y ceja adelantar a una pareja, en la que parecía que él tiraba de ella. Todo el camino recortando, como tú me enseñaste Ismael, me hizo acercarme más y más a ellos hasta que me puse a su altura. Quedando 1 kilómetro, lo quise dar todo todo todo, y más aún desde el momento en que les adelanté. No que ría que luego ellos tuvieran su as en la manga y me adelantaran cerca de la meta, así que… ¡a por todas sin dolor! 1 km rápido entre subidas y bajadas cortas pero de gran inclinación. ¿Lo mejor?, girar la esquina de la plaza de la que salimos y ver que solo me quedaba dar un giro más hacia delante. Efectivamente, giro a tope y justo a la vuelta meta también a tope.
Crucé con una sonrisa y con grandes zancadas. Impresionante el recorrido, por sus cambios de nivel y pronta recuperación después del esfuerzo de las subidas, impresionante también la adaptación progresiva de mi organismo a este tipo de esfuerzos, poder disfrutar del gran día que ha hecho, del ambiente, del deporte y vida sana, antiguos compañeros de la facultad (Guille). Inma de ti también me he acordado porque es la primera carrera de las 3 que llevo que he disfrutado y de la que me llevo mil sensaciones positivas.
Estoy deseando que llegue otra, pero sobre todo, mi cuerpo quiere otro tipo de entrenamientos para ganar fuerza, potencia, y sobre todo velocidad porque se me empiezan a antojar los trofeos,…
Maestra:
ResponderEliminarSe que va un poco tarde este comentario, pero FELIZ CUMPLE¡¡¡¡¡¡¡